martes, 14 de mayo de 2013

BATALLA DE QUERONEA, 338 a.C. Filpo II de Macedonia.


Famosa por su importancia histórica como hecho fundamental para el inicio de la hegemonía de Macedonia en la Hélade, y por ser considerada como el fin de la falange clásica, e inicio de la supremacía de la falange macedónica, esta batalla encierra un verdadero reto a la hora de intentar comprender las situaciones que en la misma ocurrieron. Lo fragmentario de la información, sumado a lo contradictorio de algunos datos impiden, en principio, obtener un relato acabado sobre la misma. En Anábasis Histórica intentaremos resolver estos cuestionamientos con el presente trabajo.





Figura representando la imagen de
Filipo II de Macedonia.
De la multiplicidad de fuentes sobre esta batalla (Diodoro Sículo, Frontino, Justino, Plutarco, Pausanias y Polieno), se obtienen relatos fragmentarios, incompletos e incluso contradictorios que no ayudan, en principio, a conformar un relato coherente y completo la misma.
El primer problema importante, es que ninguno de los autores citados, ofrece un relato completo de la batalla. Apenas fragmentos aislados e incompletos. Tampoco hay entre las fuentes, por ejemplo, referencia clara sobre el terreno y la posición de los ejércitos enfrentados. Incluso la dimensión (aunque algunas cifras se ofrecen, estas son parciales) y la composición de las fuerzas empleadas (tipos de tropas y armas involucradas) es difícil de deducir de los textos citados. Curiosamente, no hay menciones sobre el uso de la caballería, ni siquiera cuando se refieren a Alejandro. Arma que sabemos empleaba magníficamente el joven macedonio. E incluso, plantean situaciones tácticas opuestas, o por lo menos diferentes para un mismo ejército (la maniobra de Filipo contra los atenienses, y el ataque de Alejandro al Batallón Sagrado de Tebas), a partir de las cuales, adjudican unos la victoria a Alejandro, otros a Filipo. Pero que, de haber ocurrido juntas, plantean aún más interrogantes, no sólo a la hora de entenderlas dentro de un plan de batalla coherente, sino también individualmente, por los riesgos que implica su ejecución.
Entonces el relato sobre esta batalla, que surge de la “reconstrucción” que podamos hacer de todos los fragmentos conocidos y que mencionen algún aspecto de la batalla, debe ser revisado y contrastado. Será necesario realizar un análisis concienzudo de estos textos citados, y cruzarlos con información proveniente de la arqueología para ver finalmente que, lo que inicialmente parece contradictorio no lo es tal; que las situaciones opuestas, podría ser en realidad complementarias; y que, lo que en principio resulta ser caótico, en realidad forma parte de un muy elaborado plan de batalla, salido de una de las mentes más brillante en el arte de la guerra: Filipo II de Macedonia.

Escultura con la imagen de
Demóstenes, el mas grande
orador de la Grecia Antigua.
Antecedentes.
No es el objetivo del presente trabajo un desarrollo de los importantes hechos históricos ocurridos previamente a la batalla. Por el contrario, centramos el análisis en los aspectos controvertidos que giran alrededor de esta importantísima lid. Sin embargo, vemos necesario incluir un pequeño recuento de hechos a modo de introducción.
En los años previos a la batalla, veremos a un activo Demóstenes (ateniense y principal instigador a la causa anti macedonia), buscar con una intensa política diplomática armar una importante coalición con la que oponerse al todopoderoso Filipo. Son famosas sus “Filípicas”, donde advierte el peligro que significa la expansión macedónica, pero en estas fechas (cercanas al conflicto que estamos tratando), ya ha pasado de la palabra a la acción.
La “Cuarta Guerra Sagrada”[1] complica todo el panorama para Demóstenes, Filipo (que manejaba los hilos del conflicto tras bambalinas) encuentra el mejor pretexto para mover su ejército hacia la Fócide. Para colmo, la toma de la ciudad de Elateia, pone a Filipo a dos días de Atenas. Preocupa y con razón a Demóstenes, que Tebas, quien seguro podría ser su mejor aliado en la guerra con macedonia, ahora esté enemistada con Atenas con motivo de dicho conflicto. Para colmo Filipo los invita a sumarse a su causa. Demóstenes no se quedó quieto, y rápidamente se moverá a Tebas (también Filipo enviará embajadores) con intenciones de volcarlos a su favor. Primero hablaron los Beocios cercanos a la causa de Filipo, luego le tocó el turno a Demóstenes, y según Plutarco, sus palabras fueron demoledoras para la causa macedonia:
“…pero la elocuencia del orador, encendiendo sus ánimos, como dice Teopompo, y acalorando su ambición, hizo sombra a todos los demás objetos, de manera que les quitó delante de los ojos el miedo, su interés y su gratitud, entusiasmadas con el discurso de Demóstenes por sólo lo honesto. Pareció tan grande y tan admirable el efecto producido por su elocuencia, que Filipo envió inmediatamente heraldos a solicitar la paz; la Grecia toda se puso erguida en expectación de lo que iba a suceder; se ofrecieron a disposición de Demóstenes, para obrar según mandase, no sólo los generales, sino hasta los Beotarcas[2]; y éste fue el que dirigió todas las juntas públicas, no menos las de los Tebanos que las de los Atenienses, amado y respetado de unos y otros, no sin razón ni sobre su mérito, como observa Teopompo, sino con sobrada justicia.” Plutarco. Demóstenes, 18.
Así Demóstenes conseguía la tan mentada alianza con Tebas, con lo que las fuerzas coaligadas griegas logran duplicar su número. Situación que lleva a Filipo a intentar lograr la paz con la Liga de Beocia, pero que es rechazada en forma unánime. Esto no amedrenta al rey macedonio. Todo lo contrario, dispuesto a enfrentar a ambos enemigos, ingresa con su ejército a Beocia donde lo aguardan las fuerzas griegas coaligadas quienes conforman un frente defensivo sobre unas colinas cercanas a la ciudad de Queronea. Sitio que parecían ser el mejor o más apto para la última defensa. Así estaban dadas las cosas, la batalla final era inevitable.
Momentos previos a la Batalla. En rojo, los movimientos de Filipo II. En azul, el de los griegos coligados. Notar que, cerrado el paso costero de las Termópilas, Filipo se lanza hacia el interior, para invadir Beocia por el eje conformado por la ciudad de Elateia y Queronea. En definitiva, el sitio elegido por los griegos para enfrentar a las fuerzas macedonias.
Falangista Macedonio avanzando
sarissa en ristre.

Los ejércitos enfrentados.
El primer reto será comprender la magnitud y características de las fuerzas enfrentadas y sus mandos. Serán estas cualidades, con sus virtudes y deficiencias, las que permitan comprender, primero la elección del terreno por parte de los griegos, y luego las decisiones tácticas adoptadas por estos, para la batalla contra las fuerzas de Fillipo. Sin embargo conviene adelantar algunas ideas. Cuando sea analizado el planteo táctico de ambos ejércitos, notaremos la intención por parte de los griegos de convertir el enfrentamiento en una batalla de infantería. Como Onomarco años antes, los griegos depositan toda su fe en su infantería. Los curtidos mercenarios de aquel estratego griego fueron capaces de plantar cara a las “nuevas” falanges macedonias y derrotarlas, no sin un buen plan de batalla obviamente. Onomarco supo anular la caballería macedonia, fijar a las falanges con su propia infantería, y castigar duramente hasta obligarla a abandonar el campo. El plan griego para Queronea, coincidiría en algunos puntos. Con este antecedente, y el estudio de las fuentes, podemos deducir una cantidad de situaciones que nos permitan avanzar sobre algunas certezas en cuanto a las características de los ejércitos enfrentados.
Comencemos con el análisis de las fuentes escritas. Sobre el ejército macedonio, la única fuente en dar datos es Diodoro (Dio.Bib.Hist.16.85.5) quien dice que Filipo reunió “más de treinta mil infantes y no menos de dos mil caballos” incluyendo a sus aliados (tesalios principalmente). Sin embargo no hay detalle en este autor (ni en el resto de las fuentes), sobre el tipo de tropa y los efectivos disponibles para cada una. Nada sabemos de la infantería de proyectil (cantidad y características) seguramente presentes. Tampoco es claro si participaron o no los famosos hipaspistas, protagonistas de las principales batallas de Alejandro en el futuro. Existe una referencia no muy clara en Diodoro que dice que Filipo, tras indicar a Alejandro cuál era su posición “él mismo a la cabeza de hombres selectos, ejercía el mando sobre los demás” (Dio.Bib.Hist.16.86.1). Cita que suele interpretarse en realidad como su tropa de caballería de élite (“hetairoi” o “compañeros”).
Lo que es muy factible, es que su ejército presentará una vez más su “nueva” falange, la cual, descontando aliados y tropas de proyectil (probablemente cinco mil cada uno), apenas superaría los veinte mil hombres. Esta tropa de infantería, junto a su poderosa caballería, representaba la base de su ejército. Y esta última (la caballería) tal como las victorias previas demostraron, cumplia un rol central e importantísimo en el esquema ofensivo del ejército macedonio. Dos veladas referencias en Diodoro, parecen hacer referencia a la caballería macedonia. La primera, que ya mencionamos, en referencia a los “hombres selectos” de Filipo. Y la segunda, cuando refiere que Alejandro, “hábilmente secundado por sus hombres”, tiene éxito en romper la línea griega, éxito que repiten sus “compañeros”. Ambas referencias, parecen mencionar a los “hetairoi” o compañeros de caballería, aunque no es algo que podamos afirmar de forma rotunda.
Diodoro no ofrece números para las tropas coaligadas griegas, sólo alcanza a señalar que: “(...) Ahora que habían doblado sus fuerzas armadas gracias a la alianza con los Beocios, los Atenienses recobraron su confianza (...)” (Dio.Bib.Hist.16.85.1). Es decir que, a las fuerzas aportadas por los atenienses, debemos sumar un contingente similar de tebanos, bajo el mando de Teágenes de Tebas.
Para más detalles debemos recurrir a Plutarco (Plu.Dem.17), quien habla de “quince mil infantes y dos mil caballos, además de las milicias ciudadanas[3]”, que se interpreta como reclutados por los atenienses entre su propia gente, pero también sus aliados. Las cuales estarían bajo el mando de Cares y Lisicles según Diodoro, o Estratocles según Polieno. Esta cifra, sin embargo, no incluye a los tebanos (aún por definir su alianza en el texto de Plutarco) pero que sabemos aportaron para la batalla, según la cita de Diodoro, similar número al ateniense. En sus biografías de Alejandro (Plut.Alej.IX) y Pelópidas (Plut.Pel.XVIII), Plutarco[4] menciona dos veces al batallón sagrado de Tebas dentro de la batalla de Queronea. Vale recordar que se trataba de la elite guerrera de Tebas, la mejor tropa de entre los griegos coaligados, y nunca vencida en batalla hasta el momento.
Mención aparte, merece cierta referencia de Plutarco en la misma cita del texto sobre Demóstenes, que dice textual: “y se recogió copiosamente caudal y sueldos para los estipendiarios” (Plu.Dem.17).  Sin dudas, clara referencia a la contratación de tropa profesional, de tipo mercenaria, para completar las filas griegas.
Hoplita Griego con armadura
completa. Imagen que podría
representar las tropas atenienses.
Tampoco será posible en el caso de los griegos, discriminar el “tipo de tropa” que incluyen en sus filas, puesto que no lo señalan las fuentes. Si los tebanos eran hoplitas “clásicos”, es algo muy probable, pero imposible de establecer. Si los atenienses y “estipendiarios” (mercenarios), tras las reformas de Ifícrates, enrolaron tropa del tipo “peltasta ificrátida” es algo también probable, e igualmente imposible de determinar por los datos aportados por las fuentes. También es imposible determinar el número de tropa de apoyo o de proyectil, pues no hay descripciones al respecto. Pero como demostraremos más adelante, sea con hoplitas, o con ificrátidas (o una combinación de ambos), el ejército griego fue capaz de oponer una fortísima línea de infantería, en un terreno favorable, con la seguridad de poder hacer frente con éxito al ejército macedonio.
Probablemente los griegos fueron algo superiores en número en cuanto a infantería de línea, pero esta diferencia no debe haber sido muy grande. Aunque si lo suficiente como para decidirse a llevar el enfrentamiento a una batalla de infanterias. Es muy probable que los contingentes de atenienses y tebanos fuesen los más numerosos, le seguirían seguramente en cantidad los “estipendiarios”, y luego el resto de los aliados presentes. El número final de infantería de línea griega rondaría los treinta mil hombres, incluyendo la infantería liviana. La mejor caballería de Grecia, la originaria de la Liga Tesalia, formaba alianza con Macedonia, cuestión que ayuda a entender la superioridad macedonia en este rubro.
En este punto, es importante hacer referencia a las diferencias entre ambos ejércitos que se pueden interpretarse a partir de los textos. Diodoro dice que “(…) ambos bandos estaban ansiosos de trabar batalla, con buen ánimo e impacientes, y estaban muy igualados en valor, pero el rey tenía la ventaja del número y de la experiencia en el mando” y destaca además que el rey macedonio “había combatido en muchas batallas de diferente tipo y había sido vencedor en la mayoría de los casos, de modo que tenía una amplia experiencia en operaciones militares…” por el contrario, entre los griegos “los mejores generales estaban muertos (Ifícrates, Cabrias y Timoteo) y el mejor de los que quedaban vivos, Cares, no era mejor que cualquier soldado medio en la energía y discreción requeridas a un comandante” (Dio.Bib.Hist.16.85.6/7). Es decir, para Diodoro, la ventaja de los números y de la experiencia estaba del lado de los macedonios.
Peltasta Ificrátida. Dentro de este
tipo de tropa podría
encuadrarse los mercenarios
contratados por los
Atenienses.
Sin embargo, Polieno (Str.4.Filipo.7), Justino (Epit.9.3) y Frontino (Str.2.1.9) coinciden en señalar que la ventaja numérica estaba del lado de los “atenienses” (de esta forma hacen referencia a los coaligados griegos), destacando su “impetuosidad” o “ardor en el combate”, aunque remarcando su “inexperiencia” en los rigores de la batalla. Es decir, coinciden con Diodoro en remarcar una supuesta “inexperiencia” en la tropa o mandos griegos, pero les adjudican el mayor número de tropas.

¿Cómo se interpreta esto? los “estipendiarios” que contratan los griegos según Plutarco, mercenarios todos ellos, ¿pueden considerarse tropa falta de experiencia? Seguramente que no. En cuanto a los tebanos, que incluyen en la batalla al “Batallón Sagrado” ¿puede considerarse a estos “invictos” en batalla como a guerreros sin experiencia? Por supuesto que no, más bien todo lo contrario ¿A que hacen referencia entonces las fuentes cuando hablan de la inexperiencia de las tropas coaligadas griegas? Pues sencillamente a las tropas de origen ateniense. Diodoro nos recuerda en cierto pasaje que entre los atenienses “(…) toda su juventud se mostraba impaciente por luchar y avanzó a marchas forzadas hasta Queronea en Beocia” (Dio.Bib.Hist.16.85.2), cuestión que debemos sumar a lo anteriormente señalado (también por Diodoro) sobre la ausencia (por hallarse muertos) de los mejores generales atenienses. Impaciencia, juventud e inexperiencia en los mandos, un combo negativo para cualquier batalla campal. El cómo influirá este problema en el resultado final de la batalla, lo veremos en los siguientes capítulos.
Por último, y a modo de cierre para la cuestión de “números” de la batalla, concluimos que ambos ejércitos estarán entonces equilibrados en cantidad de hombres, puesto que ambos bandos deberían presentar cerca de 30 o 35 mil hombres en total (incluyendo infantería pesada y liviana, a la caballería, y a los aliados o mercenarios). Que los griegos superan en infantería a los macedonios, aunque no por mucho. Por el contrario, en cuanto a la caballería, es muy probable que la macedonia fuera, en este caso sí, muy superior en número y calidad a la griega. Y que, salvo el contingente de atenienses, ambos ejércitos ofrecen tropas y mandos de experiencia. Así conformados, ambos oponentes buscaron el combate definitivo en las inmediaciones de Queronea.
Mapa general del conflicto. En rojo el Reino Macedonio, y su expansión bajo Filipo II. Molosia y Tesalia, como estados aliados. En Azul, la Liga de Corinto y los estados aliados a Atenas. En verde, el territorio Espartano, neutral en este conflicto.


León de Queronea. Aparece mencionado en la
obra de Pausanias. Sitio donde se encuentra
un "túmulo" con restos humanos identificados
con caídos de origen griego.
El terreno y la línea de Batalla.
El siguiente punto controvertido, es el que trata a todo lo referente con el campo de batalla y la posición de los ejércitos enfrentados. Como anticipamos, las fuentes no son muy claras al respecto. Intentaremos deducirlo a partir de los datos fragmentarios que se puedan recoger de todas ellas. Entender el terreno y sus características es fundamental para reconstruir la posición que adoptaron ambos ejércitos, y comprender las decisiones tácticas de ambos, en función de la búsqueda de potenciar virtudes propias y anular las ajenas. Antes de abordar este análisis, valen algunas consideraciones sobre la llanura de Queronea.
Esta llanura longitudinal, corre “diagonalmente” en una orientación noroeste-sudeste, y está limitada en sus “lados mayores” por el río Cefiso al noreste, y las estribaciones rocosas de unas colinas al suroeste. De las cuales surgía el paso de Kerata, innegable vía de escape para las fuerzas coaligadas griegas en caso de derrota. Y también nacían de estas colinas unos arroyos hoy inexistentes, pero que sin embargo la arqueología ha sabido identificar. Hay que señalar que, uno de estos arroyos es mencionado por Plutarco, y constituye un dato importante para entender la batalla. También se ha descubierto dos túmulos con restos humanos. Uno junto al Cefiso, con cuerpos incinerados, típico de los macedonios. Y otro sin incinerar, con 254 cuerpos, característico de los griegos, cercano a la ciudadela de Queronea. Todos estos indicios han sido reflejados en el primer mapa y son importantes para iniciar el proceso de reconstruir las posiciones adoptadas por los ejércitos. Podrá notarse, que tanto el río Cefiso, como las colinas, conforman dos formidables defensas naturales, contra posibles maniobras de flanqueo, siempre y cuando el ejército griego se despliegue “cortando” la llanura de forma transversal.
Efectivamente, como anticipamos en el anterior capítulo, la tendencia supone creer que la estrategia griega, al elegir el terreno de combate, pretendía anular el accionar de la superior caballeria macedonica, a la vez que reducir el combate a un enfrentamiento de infanterias. Único rubro que le ofrecía a los griegos ciertas garantías. Con el análisis de las condiciones del terreno, vemos cómo estas hipótesis parecen terminar por confirmarse. Y para lograr este objetivo, resta el estudio de las fuentes. El único problema radica en reunir el rompecabezas de textos, citas y referencias veladas, de los mencionados textos antiguos, y darle un sentido acorde a las circunstancias, tarea que comenzamos sin más rodeos:
Justino y Diodoro serán los únicos que no mencionen sitio alguno para la batalla. Aunque el segundo informará del ingreso del ejército macedónico a Beocia (Dio.Bib.Hist.16.84.5), y como los coaligados griegos maniobran para enfrentarlo. Polieno y Frontino en sus “Stratagemata” sólo coinciden en ubicar a la batalla en Queronea, aunque sin más datos sobre el terreno. Todos serán importantes sin embargo, para definir la posición en el campo de batalla, que adoptaron las facciones enfrentadas, y los utilizaremos más adelante.


Mapa del campo de batalla. Notar la disposición de la linea griega desde las colinas hasta el río Cefiso, buscando proteger sus flancos a la vez que intenta anular a la Caballería Macedonia. Los trofeos/túmulos indicados en el mapa, coinciden con los durísimos combates mantenidos por atenienses y tebanos en cada flanco. La posición de cada uno con respecto a la línea griega, se explica con los movimientos tácticos efectuados.

Pausanias y Plutarco, por suerte, ofrecen algunos detalles interesantes. El primero, en su “Descripción de Grecia”, en el capítulo sobre Beocia, informa que al acercarse a la ciudad de Queronea, “se puede ver la fosa común de los Tebanos que murieron luchando contra Filipo. No tiene ninguna inscripción, pero está coronada por un león (León de Queronea), probablemente una referencia al espíritu de los hombres.” (Pau.9.40.Beocia). Y Plutarco avanza un poco más en su obra “Vidas Paralelas”. En la biografía de Demóstenes menciona la existencia de un arroyo llamado Termodonte, que desemboca en el río Cefiso, y que luego de la batalla mudara su nombre a Hemón (o sangriento), “por haberse llenado el río de sangre y de cadáveres” (Plut.Dem.19) evidentemente debido a los furiosos combates que se dieron sobre él. Y por último, en la biografía de Alejandro, ofrecerá interesantes datos que citamos a continuación: “(...) En Queronea concurrió a la batalla dada contra los Griegos, y se dice haber sido el primero que acometió a la cohorte sagrada de los Tebanos; todavía en nuestro tiempo se muestra a orillas del Cefiso una encina antigua llamada de Alejandro, junto a la cual tuvo su tienda, y allí cerca está el cementerio de los Macedonios. Filipo, con estos hechos, amaba extraordinariamente al hijo, tanto, que se alegraba de que los Macedonios llamaran rey a Alejandro y general a Filipo (...)  (Plut.Al.9). Volviendo a Diodoro, vale recordar que este autor menciona también la existencia de un “trofeo” erigido por Filipo II en honor a la victoria y los caídos (Dio.Bib.Hist.16.86.6).
Los túmulos encontrados por la arqueología, encuentra respaldo en los trofeos erigidos que mencionan tanto Pausanias y Diodoro. Precisamente, el que se identifica como con restos griegos, coincide con el León de Queronea; y el identificado con los macedonios, se encuentra junto al río Cefiso. Ambos túmulos/trofeos, tan separados unos de otros (coincidiendo con los flancos de la probable formación griega), son una posible evidencia de los durísimos combates ocurridos en esos mismos sitios. No sabemos cuál de los arroyos identificados por la arqueología es el Termodonte/Hemon aunque muy probablemente este sea uno de los dos más próximos a la ciudadela de Queronea. Vemos entonces como fuentes y arqueología parecen coincidir adecuadamente. Pero ¿cómo colaboran estos datos y citas en la identificación de la formación de batalla en cada ejército? Sabemos por las fuentes que ambos contendientes, se repartieron el frente de batalla, situación que se reflejó en una serie de enfrentamientos entre cuerpos de ambos ejércitos muy facilmente identificables. Veamos la siguiente cita:
Diodoro (Dio.Bib.Hist.16.86.2) afirma que los coaligados “(...) dividiendo la línea según su nacionalidad, los Atenienses asignaron un flanco a los Beocios y retuvieron el mando del otro para sí mismos (...)”. Es decir entonces que si tebanos y atenienses tomaron para sí un flanco de la línea de batalla, el resto de los aliados y los mercenarios contratados, ocuparían el centro de la formación. Ahora bien, en  referencia a los macedonios el mismo autor dice: “(...) el rey situó a su hijo Alejandro, joven en edad pero destacado por su valor y rapidez en la acción, en un flanco, colocando a su lado a sus generales más experimentados, mientras que él mismo a la cabeza de hombres selectos ejercía el mando sobre los demás; unidades individuales fueron estacionadas donde la ocasión requería (...)” Es decir, de flanco a flanco podemos entender el ordenamiento de las tropas involucradas, aunque en el caso macedonio solo se trate de la posición de sus mandos, no del tipo de tropa.
Por otra parte, como mencionamos un párrafo más arriba, las mismas fuentes sugieren una serie de enfrentamientos entre las facciones determinadas. Ya mencionamos la cita de Plutarco en la que se destaca a Alejandro como el primero en acometer al famoso “Batallón Sagrado de Tebas”, y Polieno, Frontino y Justino, cada uno a su manera, y más o menos explícitamente, refieren a un enfrentamiento entre el sector comandado por Filipo II y el contingente de Atenienses, en razón a la maniobra que el rey macedonio ejecuta frente a estos griegos. ¿Pero, cual flanco tomó cada uno de los involucrados? Ninguna fuente indica explícitamente el sitio donde se dieron estos combates, sin embargo la respuesta parece surgir de la misma cita de Plutarco, en la que se menciona la ubicación de la tienda de Alejandro bajo una encina junto al río Cefiso.
Este dato es revelador, puesto que debido a la serie de acciones y combates que se dieron entre ambos rivales en las jornadas previas, probablemente los macedonios, advertidos de la posición griega, avanzaron sobre la llanura de Queronea en formación de batalla. Y es muy probable que pasaran la noche, cada unidad y sus mandos respectivos, en su posiciones de combate, puesto que la batalla se daría obligadamente al amanecer. Por esta razón, la tienda de Alejandro se ubicaría con seguridad sobre el sitio asignado por su padre. Y si como señala Plutarco, esta se ubicaba bajo una vieja encina junto al Cefiso, no cabe duda que Alejandro, por orden de su padre, condujo la acciones del flanco izquierdo macedonio. Por decantación, Filipo II asumió entonces el mando del flanco derecho del dispositivo macedonio. En razón de lo dicho, describir el dispositivo griego ya no encuentra dificultad. Si los atenienses, como ya dijimos, enfrentaron a Filipo, entonces asumieron el flanco izquierdo del dispositivo griego, al pie de las colinas. Protagonizan entonces los combates sobre el riachuelo Hemo, y justifican el túmulo bajo el “León de Queronea”. Y por lo tanto, los tebanos, que enfrentaron a Alejandro, lo hicieron en el derecho, con la ribera del Cefiso cubriendo su flanco. Ofreciendo los combates más duros de la jornada. Justificando así el sitio para el otro túmulo. Despejados estos interrogantes, resta abordar los diferentes aspectos tácticos de la batalla.

Filipo II de Macedonia comandando las acciones
durante los momentos iniciales de la
Batalla de Queronea, 338 a.C.
La Batalla de Queronea.
Del apartado sobre “Aspectos tácticos en las fuentes antiguas” se desprenden una serie de preguntas: ¿Cómo se dieron los hechos en realidad? ¿A quien debemos la victoria finalmente? ¿A Alejandro, a Filipo, o ambos? ¿Con qué armas se ejecutaron las maniobras mencionadas? ¿En qué orden? ¿Cómo se abrieron brechas en la línea griega? Si es cierto lo anunciado por Diodoro sobre Alejandro ¿es factible la idea de que el príncipe macedonio atacase de frente al Batallón Sagrado con la caballería macedonia? De hecho parece mencionar a sus “compañeros” o “hetairoi”. Pero Plutarco habla de que los tebanos perecieron enfrentando a las “sarissas de la falange”. Si fue con caballería ¿es posible que los macedonios lograran flanquear aun cuando el dispositivo griego lo impedía? Pero ocurre que las fuentes omiten mencionar acciones ejecutadas con caballería ¿es posible que Filipo omitiera emplear esta magnífica arma? Si no participó la caballería ¿Alejandro condujo solo infantería en el ala izquierda? Entonces, ¿qué rol jugó la caballería en Queronea? Y por último, ¿qué papel cumplieron las maniobras de Filipo (enunciadas por Polieno) en la victoria final?
Algo esta más que claro. Los anteriores triunfos obtenidos por los macedonios, nos enseñan que la victoria no debemos adjudicarla a una situación particular, el ejército macedonio, la creación de Filipo, es una maquinaria de guerra perfectamente aceitada, curtido en mil batallas, pero principalmente, con una disciplina táctica admirable. Visto de esta forma, las situaciones citadas, cobran otro valor.
Por otra parte, el planteo defensivo de los aliados griegos es totalmente entendible, si bien tenían fe en su infantería (Onomarco había demostrado que el hoplita clásico podía derrotar al ejército macedonio), su caballería no estaba a la altura y, teniendo en cuenta la importancia de esta arma en las victorias macedonias, esta deficiencia los obligaba a tomar recaudos. La batalla debería ser de infantería, era inconcebible ofrecer un flanco a la caballería enemiga. Pero el genio de Filipo, apoyado en su eficiente ejército, iba a poder más.


Batallograma de Queronea: 1. El ejército macedonio inicia el combate atacando en formación oblicua el ala izquierda griega.- 2. Filipo ordena el repliegue. Los atenienses lo persiguen abandonando su posición favorable. Mientras tanto, Alejandro "fija" a los tebanos.- 3. Una vez obtenida una posición ventajosa, Filipo ordena volver al ataque. El centro griego comienza a mostrar fisuras. Alejandro las detecta y ataca.- 4. Alejandro logra romper las lineas rivales. El centro griego se desmorona, mientras las alas son aisladas.- 5. con el resto del ejercito en desbandada, atenienses y tebanos son rodeados y masacrados.

Veamos algunas cuestiones. Nadie pone en duda la capacidad de la caballería macedonia, incluso reconocemos su capacidad de abrir brechas en una línea de hoplitas, pero aun esto debería poder hacerse sólo en ciertas circunstancias. Remarcamos esto: “solo en ciertas circunstancias”. Pensar que desde un comienzo Alejandro se estrelló contra el muro de escudos y lanzas que le ofrecían lo mejor de su oponente (el Batallón Sagrado de Tebas, ni más, ni menos) hasta terminar por derrotarlos, es muy optimista[5]. Incluso a la poderosa falange macedónica le debería ser difícil conseguir tal ruptura, ante un enemigo tan resuelto, parapetado en una posición tan fuerte como la adoptada por los griegos. Filipo debía crear una situación favorable de ruptura, y es allí donde
la maniobra relatada por Polieno[6] (y sugerida por Diodoro) adquiere la relevancia que merece. Lograda esta situación de ruptura, una acción de caballería es más factible, aun suponiendo una carga contra una alineación de hoplitas, que entendemos, ya estaban en desorden o rota su formación.
Planteamos la siguiente teoría a modo de hipótesis como intento de reconstrucción de la batalla:El ejército macedonio toma la iniciativa avanzando en formación oblicua, con el ala de Filipo como punta de lanza. Todo da a entender que Alejandro (o el sector comandado por él) abrió la batalla acosando a los Tebanos (con caballería e infantería liviana tal vez), sin chocar con ellos desde un principio, pero fijándoles en el terreno. Situación que suele ocurrir con las infanterías sometidas a presión, lluvia de proyectiles, o amenaza de ataque frontal, y riesgo de flanqueo si abandona su posición favorable: terminan con toda seguridad, “aferradas” al terreno. Entonces Filipo, al mando de la infantería de su sector, se lanza contra los atenienses y traba combate. Tras este primer cruce, inicia entonces un controlado repliegue. Los atenienses muerden el anzuelo y lo persiguen (por orden de Estratocles, según Polieno), cuestión que se explica únicamente por la supuesta “inexperiencia” que ya señalamos. Al parecer, dicho movimiento, Filipo lo ejecuta con sus nuevas falanges (¿o hipaspistas?)[7], y en formación “cerrada” según Polieno, que interpretamos como más compacta o poco extendida, y lo pensamos en razón de que semejante maniobra debía ser ejecutada con el mayor de los cuidados.
Y es entonces cuando estamos ante el instante más importante de la batalla. Los atenienses ciegos de victoria no ven que con su movimiento están comprometiendo seriamente el plan aliado. Creyéndose victoriosos en su sector, se lanzan en la persecución de los macedonios en retirada. Pero su avance descontrolado, los quita de su posición ventajosa, perdieron la línea de combate. No hay referencia en cuanto a cuál fue la reacción de Teágenes (el líder Tebano), pero podemos suponerlo. Puesto que los atenienses pusieron, con su imprudente avance, en una difícil situación al centro del dispositivo griego, cabían pocas opciones. A saber:
1   O toda la línea era “arrastrada” por los atenienses para no abrir brechas en el centro. Pero ofreciendo, ahora si, los Tebanos su flanco derecho junto al río,
2   O el centro se “dilataba” lo suficiente para intentar seguir conectado a sus flancos, aunque debilitándose.
Tengamos en cuenta que es probable que los Tebanos (incluido el Batallón Sagrado) no se movieran de su ventajosa posición, además de que probablemente fueron fijados al terreno por Alejandro. Entonces, aunque la primera opción es tentadora, se plantea como poco probable por los motivos enunciados. Es decir, parece muy posible, incluso lógica, una maniobra de “aferramiento” por parte de Alejandro que si la sumamos al “repliegue controlado” de Filipo, da como único resultado, un descalabro de la férrea línea griega, particularmente en su centro a partir de su debilitamiento. En tal situación, las brechas son violentadas, imposibles que no ocurran.
La ruptura fue conseguida, pero aún quedan cuestiones por desentrañar. Diodoro nos comenta como Alejandro, “hábilmente secundado por sus hombres” (Dio. Bib. Hist. 16. 86. 3) logra abrir brechas en la línea griega. Y el mismo éxito fue alcanzado por sus “compañeros” (Dio. Bib. Hist. 16. 86. 3) probablemente “hetairoi”. Sabemos que el combate con el Batallón Sagrado fue prolongado y muy duro, es muy posible que ocurriera luego de la ruptura, cuando los flancos de la falange griega eran entonces accesibles. Es en este momento, en que el centro griego se derrumba bajo el embate del centro macedonio y, seguramente, furiosas cargas de caballería al mando de Alejandro. Ambas “alas” del dispositivo griego (el contingente ateniense y el tebano) eran separadas, aisladas y totalmente rodeadas.
Diodoro nos dice que en el instante en que Alejandro progresa, Filipo arremete contra los atenienses. Pero Polieno es más preciso al decir que Filipo “dilató” la acción, aguardando su ataque al momento indicado. Por esto es muy probable que Diodoro nos relata juntas, todas las etapas estudiadas. Ahora bien, si ambas “alas” fueron aisladas, tal como deducimos, la victoria es solo cuestión de tiempo. La cuestión es que, en un momento determinado, Filipo detuvo su retroceso, enfrentó a los atenienses mientras el resto de los macedonios rompía la línea griega por el centro. Separados de sus aliados y con el flanco abierto (el derecho, hacia el centro griego) todo el ímpetu inicial en los atenienses se esfumó, probablemente hayan sido flanqueados, y con su sangre y cuerpos inundaron el “Hemo”. Demóstenes huyó sin pensarlo dos veces[8].
En el otro flanco, los Tebanos se agazapaban contra el Cefiso, los ataques alternados de caballería e infantería que comandó Alejandro, los consumió de a poco. Terminada la batalla, Filipo se acercó al sitio donde los Tebanos habían caído en su posición, de cara al enemigo. El batallón había permanecido invicto hasta esta batalla. Los halló amontonados, lo que le causó gran impresión. Y cuando supo que aquellos eran “la cohorte de los amadores y los amados”, se echó a llorar, y exclamó:
“Vayan enhoramala los que hayan podido pensar que entre semejantes hombres haya podido haber nada reprensible” (Plu. Pelópidas, VIII).
Diodoro es el único autor en ofrecer datos acerca de las bajas involucradas, al decir textual: “[5] Más de mil Atenienses cayeron en la batalla y no menos de dos mil fueron capturados. [6] Asimismo, muchos de los Beocios fueron asesinados y no pocos tomados cautivos” (Dio.Bib.Hist.16.86.5-6). Después de la batalla Filipo erigió un trofeo de victoria, dio a los cadáveres enterramiento, ofreció sacrificios a los Dioses por la victoria, y confirió premios según sus méritos a aquellos de sus hombres que se distinguieron en el combate.

Busto de Alejandro Magno, quien tras
la muerte de su padre, y ser confirmado
Rey de Macedonia (336 a.C.), deberá
enfrentar un nuevo levantamiento griego.
Postrimerías.
Rápidamente Filipo intervino en Tebas, disolvió la confederación de Atenas y, por último, negocio la paz y pacto con diversas polis. Hecho que se confirma con el reconocimiento, por toda Grecia, de Filipo como Hegemón, y la creación de la “Liga de Corinto”, que aseguró la paz en Grecia, a la vez que conformó la base de aliados que necesitaba Macedonia para la futura guerra con Persia. Dicha liga, será firmada por la totalidad de los estados griegos, salvo la notable excepción de Esparta, constituyendo el primer ejemplo de conformación de una “única entidad política” común a todos los estados griegos.
La muerte de Filipo dará oportunidad para nuevos alzamientos, sin embargo, no hay fuerza en todo Grecia que sea capaz de oponerse a la maquinaria bélica de Macedonia. Alejandro, flamante rey de Macedonia, arrasa Tebas (cuya destrucción fue avalada por la Liga de Corinto por amplia mayoría), y obliga a Atenas a aceptar su supremacía reconociendolo como nuevo Hegemón. Ya nada interferirá con el objetivo supremo: la conquista del Imperio Persa.
La Batalla de Queronea, marca el hito fundacional de la hegemonía macedonia en la Hélade. El triunfo de Filipo, la batalla de Queronea, ponía a Grecia por primera vez en su historia bajo el ala de una potencia extranjera (asumiendo la postura tradicional griega de considerar “extranjeros”, o incluso “bárbaros”, a los macedonios). Será considerada por algunos como la evidencia de la supremacía de la “Falange Macedónica”, por sobre la “Falange Clásica”, sentencia difícil de argumentar debido a la dificultad de separar ambos tipos de formas de combate de las continuas y evidentes evoluciones que estas sufrieron en el tiempo.
Demostramos en este trabajo el problema que supone identificar los “tipos” de armas y tácticas que se vieron involucrados: falangistas e hipaspistas en el ejército macedonio, hoplitas y peltastas ificrátidas en la coalición griega, como para relacionar la victoria macedonia a semejante aspecto. Si algo queda claro tras el estudio de esta batalla, es la independencia que la victoria macedonia tiene de cualquier especulación sobre tipo de tropa o arma involucrada. Todo lo contrario, si en algo confiaban los griegos era en su infantería. Y si algo aseguró la victoria para los macedonios no fue su “nueva falange” (sin menospreciar su rol) sino, por el contrario, el genio de Filipo, expresado en el excelente plan de batalla que implicó un inteligente empleo de los medios disponibles.


Diodoro de Sículo. Historiador griego
nacido en Agirio (Sicilia). Junto a
Plutarco, es una de las principales fuentes
 sobre la Batalla de Queronea.
Autor: para Anábasis Histórica, marvel77.

Fuentes antiguas:
Diodoro Sículo. “Biblioteca Histórica, Libro XVI.”
Justino, Marco Juniano. “Epítome de las "historias filípicas" de Pompeyo Trogo”.
Frontino, Sexto Julio. “Strategemata”.
Plutarco, Lucio Mestrio. “Vidas Paralelas. Pelopidas. Alejandro. Demóstenes”.
Pausanias.La Descripción de Grecia, Libro IX, Capítulo XL, Beocia”.
Polieno. “Estratagemas de Guerra (Strategemata)”.
Arriano, Lucio Flavio.  “Anábasis de Alejandro Magno”



[1] Cuarta Guerra Sagrada: En el año 339, durante la Amphictionia en Delfos, la delegación de Amphisa propuso imponer a los atenienses a una multa de 50 talentos, argumentando que estos habían depositado en el Templo de Apolo, en Delfos, unos escudos votivos de oro antes de que el propio templo (reconstruido tras un incendio) hubiese sido consagrado. Evidentemente, la absurda acusación, tenía a Filipo como principal instigador.
[2] Beotarca: De Beotitia (Beocia); arkhe (mandato): magistrado de la Liga Beocia.
[3]  Se entiende por tropa de guarnición que no participa de la batalla.
[4] En su biografía de Pelópidas, Plutarco parece ser muy elogioso con el Batallón Sagrado y su resistencia ante los ataques de Alejandro, algo que debemos tener en cuenta a la hora de valorar la supuesta carga de Alejandro contra este cuerpo de élite de infantería. La razón que encontramos para entender este asunto es el hecho de que Plutarco haya querido seguramente elogiar por demás a los tebanos, y una resistencia heroica contra el futuro héroe macedonio y su temible cuerpo de caballería, es por demás sugestiva.
[5] Y esta ha sido la teoría del historiador Nicholas Hammond que, aunque él mismo aceptó que se trataba no más que una especulación, fue copiada y difundida por cuanta publicación sobre tal batalla existe.
[6] Polieno: Escritor de origen macedonio, dedicado en sus últimos años a la resolución de “pleitos” (abogado), más conocido por su libro sobre estratagemas de guerras: Stratagemata . Esta obra (o lo que se le adjudica) es solo una recopilación de anécdotas bélicas dedicadas a Marco Aurelio y Lucio Aureliano Vero ante la inminente campaña contra los Partos. Pero que, sobretodo, denotan su gusto por las artimañas, engaños y trampas, más que por lo que los personajes referidos desarrollaron en el campo de batalla. Vale aclarar que Polieno, no es un militar, y su conocimiento de estrategia y táctica es muy limitado.
[7] Ya vimos en el capítulo dedicado al estudio de los ejércitos, que se hace muy difícil o casi imposible plantear la participación de los hipaspistas en Queronea. Creemos que los “hombres selectos” que menciona Diodoro (Dio.Bib.Hist.16.86.1) son en realidad algun tipo de batallón de caballería de elite. En cuanto a la maniobra de repliegue realizada en el ala derecha (lugar ocupado normalmente por los hipaspistas en los ejércitos de Alejandro)creemos en realidad se trataba de falangitas. Seguramente una formación de falange macedónica (y no hipaspistas), cerrada y muy compacta, podía repeler todo intento ateniense por romper su formación, o incluso flanquear, en una maniobra tan compleja y riesgosa como lo es un “repliegue”.
[8] Plutarco. Demóstenes, 20. “Hasta aquí compareció como un hombre eminente, pero en la batalla no hizo ninguna acción distinguida y que conformara con sus palabras, sino que, abandonando el puesto, dio a huir ignominiosamente, arrojando las armas sin avergonzarse, como dijo Piteas, de la inscripción que con letras de oro tenía grabada en el escudo: A la buena fortuna”.

15 comentarios:

  1. Nos demoramos un poco, pero finalmente ya esta publicado nuestro último trabajo. Esperamos sea de su agrado. Y no se olviden de comentar, que nos interesa saber que opinan. Saludos y gracias

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  2. He disfrutado con este artículo. Gracias.

    Hanjel

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    1. Gracias Hanjel. Nos alegra que te haya gustado.
      Te invitamos a participar y utilizar el sitio como mas te guste.

      Gracias por comentar.
      Un saludo.

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  3. Hola. Me ha gustado mucho el artículo, y estoy de acuerdo en muchas cosas. Además hacéis un análisis muy cuidadoso.
    Pero discrepo en un aspecto: que Onomarco hubiese derrotado antes a la falange macedonia. No se debe basar una hipótesis en otra hipótesis. Para Bosworth y para otros (yo mismo, aunque no me sitúo a la par que éstos), en 353 a.C. Onomarco no derrota a la falange macedonia, sino que se enfrenta a tropas mercenarias a sueldo de Filipo, que quizá contaría con algunos macedonios, hetairoi y el agema de hipaspistas, una minoría en la fuerza derrotada por Onomarco. La falange de Filipo derrotada por Onomarco podría ser mercenaria ificrátida. En el encuentro de los Campos de Azafrán sí se toparía con la falange macedonia con su resultado definitivo.
    Pero bien, pese a discrepar quizá seriamente, ya digo, lo considero un gran trabajo, enhorabuena.

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    1. Gracias Harald por tu comentario. Me alegra que te haya gustado el artículo. Y me parece muy bien de discrepes en ese punto. Como habrás notado, pronto publicaremos un trabajo al respecto, de un amigo de la web. Allí se desarrolla una investigación sobre los enfrentamientos entre Filipo y Onomarco, así que te invito a leerlo. Tan pronto como lo publiquemos sera anunciado por Faceboock. Y seguramente dará lugar a debate en nuestro foro.

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  4. Respondiendo al comentario de Heraldo, quisiera decir que no existe una hipótesis sobre otra hipótesis. Es más, en ningún momento exhibe las fuentes y argumentos que le llevan a pensar eso, fuentes primarias que no ponen en duda ni llegan a hacer siquiera sospechar de tal hipótesis.
    Para empezar, tenemos caen ese año a un Onomarco muy poderoso, con unas cifras similares a la de su derrota , es decir, 20000 de infantería y 500 de caballería. Con semejante fuerza, no existe motivo alguno para creer que Felipe II deja a su mejor tropa fuera de campaña y se enfrenta con los menos fiables mercenarios, quedando en clara inferioridad numérica
    La teoría de Markle tiene se sostiene sólo por el término empleado por el poco fiable Polieno, pero tácticamente carece de sentido y casa con la que tu comentas.

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  5. Las fuerzas de 20.000 de infantería y 500 de caballería corresponden a la batalla de los Campos de Azafrán, donde sí tiene que emplear a la falange macedonia, pero no a la victoria de Onomarco del año anterior, sobre la cual no se sabe la composición ni número de ninguno de los dos bandos.

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  6. 1º Me ha gustado mucho el artículo. De hecho, se parece a mis propias conclusiones como profesor de historia, sobre cómo debió ser la batalla de Queronea.

    2º En referencia a la discusión de Harald y Fran, espero el tema próximo Onomarco vs Filipo con ansia, para ver sus conclusiones. Mientras tanto, varias cosas:
    a. En historia, cuando las fuentes son fragmentarias, buena parte es elucubración o hipótesis. Eso, como disgresión de lo que afirma Harald.
    b. Creo que es Diodoro el que afirma que Onomarco envía a su hermano Failo con 7.000 mercenarios, esta fuerza es derrotada por Filipo. Dice a continuación que Onomarco avanza "rápidamente con todo su ejército". Con ello concuerdo con Fran en una cosa, es muy posible que sí tenga veinte mil soldados consigo ("todo el ejército"), pero también indica "rápidamente", con lo que Filipo no tenía porqué contar con fuerzas mayores que las necesarias para vencer a Failo. Diodoro no indica la estratagema de Polieno, pero sí que Onomarco vence por tener superioridad numérica. Siento no citar las epígrafes, pero está todo en el libro XVI de Diodoro Sículo.
    c. Lo que también cita Diodoro es que Onomarco "mató muchos macedonios". En muchas ocasiones, Diodoro separa las tropas de una nacionalidad de los mercenarios a su servicio, pero no siempre lo hace.
    d. Conclusión: Filipo podía reclutar sin gastar más de una cuarta parte de sus fondos a diez mil mercenarios, más que suficiente para vencer a Failo, pero no hay que descartar la presencia de macedonios, tanto de infantería como de caballería, en esta última, los alévadas de Larisa debían estar presentes. Sólo se puede afirmar que Filipo tenía inferioridad numérica y que fue sorprendido por la habilidad de Onomarco. Al año siguiente, eso sí, Onomarco no tendrá ninguna posibilidad.

    Un saludo cordial a todos.

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  7. Hola amigos.
    Como dice Mario, buena parte de estas discusiones son hipótesis o elucubraciones. Es muy cierto. También es una hipótesis aducir que Filipo II conducía un ejército mercenario al momento de sus derrotas con Onomarco.

    Se esta dando aqui el debate y no esta mal. Supongo que luego con el trabajo prometido podemos volver a debatir el tema. Les propongo algo, hacerlo entonces con buena documentación a mano (antigua y moderna), para citar correctamente. Yo les diría de hacerlo en el Foro, donde seguro crearemos un tema de debate. Pero si se da aquí (en la Web), no hay problema (el Foro tiene la ventaja de la edición de texto, y que se pueden subir imágenes, etc.).

    Agrego solo un dato a favor de la teoria de que Filipo II presento su ejercito Macedonio en las derrotas con Onomarco. Aunque no sea de las fuentes mas fiables, Polieno para la victoria de Onomarco (38.2), menciona a la Falange Macedonia atacada con "piedras enormes". Lo dejo ahí. El debate abierto.

    Bueno, ya me dirán ustedes si quieren esperar o continuamos aquí.

    Saludos y gracias por su interés.

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  8. Yo prefiero esperar. Pues esto deberían ser comentarios de Queronea, que también me interesa comentar pues, ¿qué hay de Aéropo de Lincéstide?

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  9. Supongo que lo menciona por la anécdota del campamento? Fue un general macedonio (en realidad de Lincestia) presente en Queronea y que fue desterrado por Filipo tras la batalla, acusado de un acto de indisciplina:

    Polieno. Strat. 4.2.3: "Filipo, habiendo acampado frente a los tebanos, se informó de que dos de sus generales, Aeropus y Damasipo había tomado una chica cantora de una posada, y la introdujeron en el campamento, y al ser probado este hecho, desterró a ambos del reino."

    Se relaciona este hecho con las conspiraciones futuras contra Filipo y Alejandro, en la que la familia de Aeropo (sus hijos Arrabaio, Heromenes y Alejandro) se vieron relacionados y acusados.

    saludos

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  10. Exactamente. Estoy escribiendo una novela y al mismo tiempo haciendo obra de investigación sobre Filipo (sobre Alejandro hay mucho publicado, sobre Filipo, poco), y todo esto me tiene apasionado y obsesionado.

    Saludos.

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    1. Ah! que interesante! ¿Sobre Filipo II? seria usted el segundo "seguidor" nuestro que escribe novelas históricas y con el que hemos coincidido con la elección de un tema. Anteriormente publicamos un trabajo sobre la Batalla de Bagradas (por Fran Matias Bueno), coincidente con la novela "El Águila y la Lambda" del Sr. Enrique Santamaría.

      Esperamos verlo seguido por aquí. Lo acompañamos en la obsesión.

      saludos

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  11. hola, te saludo desde chubut argentina y te felicito enormemente por este estudio muy detallado y cuidadoso de la batalla de Queronea. desde hace tiempo venia buscando informacion al respecto. es un agrado saber, por los comentarios que veo, que hay mucha gente interesada en estos temas que para mi revisten una gran importancia.
    Saludos y hasta la proxima

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    1. Nos alegra que te haya gustado el trabajo. Como podrás ver, irán apareciendo con el tiempo nuevos escritos sobre diversos conflictos de la antigüedad. Te invitamos a leerlos y comentarlos.
      En las redes sociales (Facebook, Twitter, Google+, Youtube) iremos anunciando cada novedad, sea articulo o tema del foro. Te invitamos a seguirnos!! Si quieres, también puedes unirte a nuestro Foro, y abrir los temas que gustes para su comentario o debate.

      Esperamos verte seguido por aqui. Un saludo y gracias por comentar.

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